Libro Solar 23, Capítulo 08, Página 22
"Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse,
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse."
Jaime Sabines.
Mr. X
Hace más de 10 meses que no hemos recibido noticias suyas. Le escribo un poco con angustia, un poco con respeto al silencio que ambos nos dimos. Si bien, hoy reconozco que la última vez que nos leímos y aceptamos que el sabernos en lugares distantes y lejanos el uno del otro no podría cambiar en lo inmediato, me trajo calma. Quizá la calma del permitirme ceder y no luchar más. Curarme el cansancio de estos años.
Quizá el día de hoy, ya usted no podría reconocerme. Soy diferente pero no me malentienda: aún soy tenaz, aún no abandono mis sueños. Sucedió que pude sentirme amablemente acompañada al entrar en ese feroz remolino de "El Final Inminente" y una vez dentro, supe que no era tan doloroso como lo recordaba.
Y tal como en mi profesión, casi todo el tiempo me mantenía preocupada por usted. Siempre estaba presente en mi mente. Pero una vez que le dejé libre, supe que siempre tuve un bote salvavidas. Hace tiempo que, sin así planearlo, me aseguré de no estar abandonada a mi suerte. Y es que, tal vez el "nosotros" era incompatible con mi anhelo de saberme y sentirme capaz por mis propios medios. O tal vez, la vida y Dios me prepararon para este momento y yo solo tomé con suavidad lo que se me ofreció.
Quiero que sepa que de vez en cuando le recuerdo. Casi no pienso en el pasado. Hice las pases y ahora me enfoco en el futuro. Es mi deseo que encuentre paz. Que construya el futuro que alguna vez me contó que tendría. Y si alguna vez nos volvemos a ver, recordemos que el silencio y una sonrisa, son lo mejor que podemos brindarnos.
Enviaré esta carta sin destinatario y sin dirección. Quizá dentro de una botella que arroje al mar. Tal vez una día llegue a sus manos y la lea, tal vez no.
Por siempre,
Desde el fondo de mi corazón:
La médico a bordo